Los problemas de la Orquesta Filarmónica de Jalisco se arrastran desde antes que llegara Marco Parisotto para dirigir el ensamble musical. La falta de una batuta estable durante mínimo 14 años y el deterioro de la condición artística en los músicos debido al descuido, ha provocado una rencilla entre el director y los instrumentistas desde hace tiempo. También habría que sumar el autoritarismo del titular italo-canadiense, quien recibe el apoyo incondicional de la Secretaría de Cultura de Jalisco.
El conflicto más reciente de la Orquesta inició en febrero del 2014, cuando Parisotto ingresó como nuevo director de la agrupación. Desde que fue seleccionado, los procesos parecían inconsistentes y poco transparentes. Un eco de administraciones pasadas. La Secretaría de Cultura escogió a tres directores sin tomar en cuenta a la comisión artística. Había una gran diferencia entre Parisotto y las otras dos opciones. Los músicos decidieron elegir a su actual director.
Desde entonces, Parisotto se ha encargado de hacer una limpieza en la agrupación bajo el pretexto de convertirla en “una de las mejores orquestas de Latinoamérica”. Poco a poco, con diferentes métodos de coacción, ha obligado a descansar a más de 20 músicos, quienes continúan recibiendo un sueldo de 12 mil pesos mensuales, en contraste a los los 12 mil dólares que recibe el director.
En un comunicado que Parisotto hizo público el 30 de junio divide a los músicos que han dejado sus funciones en tres categorías: por una parte está el grupo que se ha retirado de la Orquesta porque estaban cerca de su jubilación; otros los aglutina como quienes no llegan preparados a los ensayos, tocan fuera de ritmo o desafinan; y la última etiqueta corresponde a los indisciplinados.
Músicos desplazados, quienes decidieron mantenerse en anonimato, cuentan que desde que Parisotto llegó a la Orquesta, han recibido vejaciones de su parte. Todo comenzó con el acoso psicológico. Las personas de la primera clasificación, quienes son los más grandes de edad, no soportaron las humillaciones con las que el director cuestionaba su calidad como músicos. Es por eso que se dio un brote de jubilaciones. “Nos aísla, nos margina. Ante el público somos reacios al cambio cuando no hubo ni siquiera la oportunidad de hacer un trabajo”.
En el caso de la segunda categoría, personas desplazadas por su calidad como músicos, sólo pocos instrumentistas aceptan que la Orquesta venía en malas condiciones por la estancia de directores que descuidaban su trabajo. “La Orquesta no estaba en forma artísticamente. Llega este señor y quiere que la agrupación comience a correr. Se compara con un atleta, los músicos necesitaban obras que los acercaran poco a poco al ritmo de trabajo del director. Cualquier director debe empezar así”.
Los músicos desplazados afirman que las inconsistencias de directores anteriores dañaron su calidad como artistas. En el caso del titular de la Orquesta durante 2002 a 2010, Héctor Guzmán, no tomaba la batuta jalisciense en algunas ocasiones porque al mismo tiempo también dirigía agrupaciones de este carácter en Texas. Lo mismo sucedía con Luis Herrera de la Fuente, director del 2000 al 2002, quien también descuidaba al ensamble por otros compromisos.
A pesar de las irregularidades, los conflictos laborales en la Orquesta no fueron tan evidentes en los medios sino hasta 2012, cuando Alondra de la Parra fue seleccionada para dirigir la Orquesta. Fuera de cualquier concurso, la eligieron para hacerse cargo de un grupo de músicos, según ellos mismos, fuera de forma debido a que en administraciones anteriores los directores habían descuidado a la agrupación.
En los primeros días bajo su dirección, de la Parra reunió a los músicos en la sala de cámara del Teatro Degollado. Ahí, la mayoría de integrantes votaron para que la directora se quedara durante un año al frente de la Orquesta. Después de meses caóticos acordaron que su desempeño no era el mejor debido a sus frecuentes ausencias. La directora se retiró y los instrumentistas no sabían que esa sería su última oportunidad para decidir sobre el manejo de la agrupación con tal libertad.
Para una nota de La Jornada nacional publicada el 7 de julio del presente año y firmada por la reportera Merry MacMasters, Arturo Gómez Poulat, gerente general de la Orquesta, comenta que algunos músicos en desacuerdo con el descanso se habían acostumbrado a influir en las decisiones en torno al director artístico. Además, afirma que Luis Herrera de la Fuente salió de la Orquesta por problemas que tenía con los músicos y Alondra de la Parra también la dejó por diferencias con un grupo específico de instrumentistas. Esto significa que desde hace 14 años los músicos y los directores que han pasado por la agrupación han tenido rencillas irreconciliables.
Algunos de los desplazados explican que estas afirmaciones son falsas. Ellos notaban que los directores se iban debido a que nunca les pagaban los sueldos demandados.También hay un grupo que disiente con quienes tienen la creencia de que las irregularidades de los directores ha mermado la calidad de los instrumentistas. Al contrario, señalan que la constante asesoría de batutas invitadas les ha permitido ampliar su criterio como músicos.
Sólo falta la etiqueta de los indisciplinados. Así califica Parisotto a algunos músicos por su actitud en los ensayos. En el comunicado menciona que “cualquier directivo que recibe insultos, es calumniado, difamado y agredido por sus colaboradores, separa a ese elemento del centro de trabajo porque esa persona está demostrando que no quiere trabajar conforme a la línea que establece la cabeza”.
Fuera de los argumentos del director, algunos músicos agregan que Parisotto no quiere en la Orquesta a personas canosas, obesas ni morenas. El músico “congelado” Sergio Rodríguez ha comentado que si se alinea a los instrumentistas que han dejado sus atriles desde que llegó Parisotto, se podrá observar que todos tienen los rasgos físicos antes mencionados.
Por cualquiera que sea el motivo, más de 20 músicos están inactivos en la Orquesta, lo que representa la tercera parte del total. Para suplirlos, el director ha invitado a músicos extranjeros que reciben prestaciones adicionales como hospedaje y bonos para la comida. En el comunicado, el director también expresa que a su entrada, la agrupación carecía del número mínimo necesario de músicos para una formación de orquesta sinfónica. A eso habría que sumar todos los lugares vacíos por los jubilados y los desplazados.
“Cada vez que debemos cubrir un lugar, hacemos lo imposible por conseguir e invitar a músicos mexicanos. Hemos tenido la fortuna de encontrar jóvenes entusiastas y profesionales que nos han apoyado a lo largo de estas temporadas. Sin embargo, también hemos enfrentado el problema de no encontrar músicos en el país en el momento en que los hemos necesitado. La mayor parte de las veces, esto ocurre debido a que ya se encuentran comprometidos con alguna otra orquesta, ocupados con algún examen o recital o fuera de México perfeccionando sus estudios. Es entonces cuando la búsqueda se extiende fuera de nuestras fronteras”.
Los músicos inactivos cuestionan qué tanto está costando tenerlos afuera y suplirlos por estos extranjeros invitados. A lo que Parisotto ha contestado que todo lo que es “extra” y no está considerado dentro del presupuesto gubernamental asignado a la Orquesta, proviene de los recursos propios que se generan por venta de boletos y apoyos del sector privado.
Los músicos no quedan conformes con las palabras del director pues al final lo único que quieren es reincorporarse a la Orquesta. Para lograr su objetivo han comenzado a levantar quejas en diferentes dependencias gubernamentales y se han protegido con amparos. Hasta ahora suman seis denuncias en contra del Comité Técnico del ensamble y funcionarios a su cargo. Jueces de Distrito en materia de administración y trabajo les concedieron suspensiones provisionales a seis músicos, en las que se estipula que pueden retomar sus actividades en la Orquesta. Sin embargo, Gómez Poulat ha desacatado esta orden y no les ha permitido entrar a los ensayos.
El último capítulo de rechazo sucedió el viernes 10 de julio. Cinco músicos asistieron a la puerta del Teatro Degollado acompañados de su asesor legal Alejandro Ancira y el notario público Carlos Alberto Hijar Fernandez. Los instrumentistas habían conseguido las suspensiones para regresar a sus actividades dentro de la Orquesta pero no les permitieron entrar al recinto. Mientras el grupo esperaba una respuesta de Gómez Poulat sobre su situación, algunos integrantes de la Orquesta ensayaban en el hotel Roma, lejos de los conflictos legales.
Ancira señala que el desacato a las suspensiones tiene como consecuencia iniciar nuevos juicios en contra de quienes administran la Orquesta. La situación de rechazo no se puede negar porque el notario público fue testigo de que no permitieron que los músicos entraran al Degollado.
Previo a estas acciones, los desplazados presentaron un informe sobre las quejas que habían realizado en diferentes instancias públicas contra Parisotto. La reunión donde dieron a conocer este documento se llevó a cabo el 26 de junio en el Hotel La Rotonda. En el evento dejaron en claro que la primera acción de los músicos fue interponer quejas contra Parisotto ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ). El 15 de junio presentaron los oficios 3612- 3625 de 2015. En sus diferentes puntos se acusa al director de discriminación, hostigamiento laboral, difamación, humillación, descalificación pública y violación al derecho de asociación.
Prosiguieron sus acciones en torno a los músicos invitados. El 18 de junio acudieron a las Instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM) con la intención de denunciar a los extranjeros que estaban trabajando en la Orquesta, “ya que se desconoce su estatus migratorio”. Entregaron un texto en el que incluyeron un listado con 48 nombres de los músicos que no tienen nacionalidad mexicana y están participando actualmente en la Orquesta. Se debe aclarar que algunos extranjeros forman parte de la agrupación desde antes de que llegara Parisotto.
También el 18 de junio, los desplazados visitaron las oficinas de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) con el objetivo de denunciar la cantidad de extranjeros que están trabajando en la Orquesta. Sustentaron esta delación en el artículo 7 de la Ley Federal del Trabajo en el que se establece que “en toda empresa o establecimiento, el patrón deberá emplear un 90 por ciento de trabajadores mexicanos, por lo menos”.
Como reacción a estas denuncias, el lunes 29 de junio, agentes del INM asistieron al Teatro Degollado. Se encontraron con un ensayo dividido debido a que las cuerdas realizaron sus prácticas en el Sindicato de Electricistas. Los músicos desplazados afirman que los artistas extranjeros ya sabían que Migración iba a hacer revisiones de sus estatus ese día.
En un comunicado de prensa escrito justo el mismo lunes, las autoridades a cargo de la Orquesta dieron a conocer que los músicos que tocan en calidad de invitados regresarán a sus lugares de origen el domingo 19 de julio. Además, afirmaron que se publicará una convocatoria para cubrir los espacios vacantes. “No nos cabe duda de que músicos de alto nivel, entre ellos jaliscienses, se presentarán a estas audiciones y pronto formarán parte de la Orquesta de manera oficial”.
Por ahora todo el Comité Técnico, incluyendo a Myriam Vachez, titular de la Secretaría de Cultura estatal, dejaron los problemas laborales al margen para atender el regreso de la Orquesta al Palacio de Bellas Artes con el programa Brillantez rusa, hoy domingo 12 de julio.
Parisotto ha convencido a toda la administración de sus capacidades con eventos como este y la participación en el Festival Internacional de Música Maru, en la ciudad de Busan, Corea del Sur. Se trata de un evento que le permitirá a la Orquesta salir del país por primera vez. El problema es que la fecha está cerca y aún nos se hacen las audiciones para contratar nuevos músicos ni se les da una respuesta a los desplazados.
A esto hay que abonar que durante todos los conflictos, Vachez ha apoyado incondicionalmente a Parisotto en sus decisiones. En diferentes entrevistas ha declarado que a él le corresponden todas las resoluciones artísticas mientras ella administra el financiamiento para la Orquesta. La dependencia de cultura no debería tomar con tanta ligereza el asunto. El problema se arrastra desde hace 15 años. Después de tanta inestabilidad, la atención a la crisis laboral de la música filarmónica en Jalisco tendría que ser primordial por el valor de la Orquesta para la identidad cultural del estado.
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